Tardecita con los amigos,
días de playa,
rachar las olas,
comidas y meriendas
bajo el sol,
colchonetas y
barcas en la que
nos suvimos
quince personas,
aceite para el sol,
diversion sin parar,
día mañana y tarde
sin dejar de reir,
comernos millones de
elados; chocoloate,
estrachatela, turrón...,
nuestras rutinas de las
noches entre semana,
conocer gente nueva,
planear el sábado por
la noche, botellones,
bebida, fiesta sin parar,
no tener que estudiar,
ni tener instituto,
ni deberes,
ni tener que levantarte
temprano, domir lo
que quieras...
¿Puuuf que de ganas no?
Hechas de menos...
Pintar con las manos y llenarte la ropa sin parar,
jugar en la calle a cualquier juego sin parar de correr y correr,
no tener que estudiar día tras día para uno dos tres examenes,
no tener que hacer ejercicios, ni limpiar, ni ahorrar dinero, ni pedirlo,
ni tener responsavilidades y poder hacer lo que más te apetezca sin pensar
en nada ni en nadie, comer potitos, divertirte con cualquier muñeco, pintar rayajos y que te digan que es una obra de arte, coleccionar cromos y presumir de que tienes los mejores, llorar este quien este delante, que pasen las horas y no tengas nada planificado, ir al chiquiparck, echarte encima de tus amigos para ver quien coge más caramelos de una piñata, despertarte más tarde para ir al colegio, ver dibujos sin sentido, inventarte juegos, no aburrirte nunca...
¡NUNCA ES TARDE!
